Pinceladas: Intergeneraciones
Elena Arrieta
Entre las reflexiones al uso, asociaciones, grupos, instituciones de todo tipo y la ciudadanía en general nos preocupamos por la comunicación entre generaciones. No existe -decimos- comunicación intergeneracional. Si generalizamos tendremos que admitir que, efectivamente, es difícil esa comunicación. Pero ¿cuándo ha sido fácil? Rebobinemos un poco en nuestros recuerdos y hagamos un repaso por la relación con nuestros predecesores.
Si estudiamos comportamientos de generaciones anteriores es posible que veamos dos puntos -seguro que hay más- en los que podríamos pararnos: a) El respeto a los mayores, a su conocimiento; b) el empuje, el dinamismo de la juventud. Y todo ello, mantenido en el ámbito doméstico y en el social.
¿Qué es, pues, lo que cambia ahora? La sociedad, es verdad, está cambiando. La pérdida de valores y lo que parece la no sustitución por otros, es una idea que se comparte a nivel de calle. Al mismo tiempo, cada generación por separado ha llegado a un bienestar impensable en otros tiempos. Este desarrollo estanco podría achacarse también a un pensado y reiterado afán de las instituciones durante años: tercera edad, juventud, infancia cada uno por su lado, con sus propios desarrollos. Pero nos vamos dando cuenta de que esa no es la manera, porque no fomenta la intergeneracionalidad.
Cuanto más pienso en el tema más confusa estoy, pero hay una idea que me persigue: ¿no será que uno de los problemas es precisamente la intervención con liderazgo de las instituciones? Nos estamos acostumbrando -peligrosamente diría yo- a que esas instituciones nos dirijan, a que nos digan qué hay que hacer, como hay que portarse y cuándo. Las generaciones diferentes en una familia, en un barrio, han tenido siempre una difícil comunicación, lo que no quiere decir que no hayan sido capaces -y lo sean ahora- de llegar a determinados consensos. No se habla de la misma forma ni muchas veces de los mismos temas, con nuestros padres y madres que con nuestros amigos y amigas. Cambia la confidencialidad, la confianza, la forma, pero eso no significa que no exista esa comunicación.
Es verdad que las personas mayores estamos un poco en el archivo y que despreciar el conocimiento y la experiencia que puedan aportar y no tener en cuenta los errores cometidos, no parece muy inteligente pero eso es lo que hay. También es un hecho que la juventud sigue teniendo ese empuje característico de su edad. A lo mejor hay que sugerir a las instituciones que se pongan en el lugar que les corresponde, es decir, atendiendo a lo que la sociedad les demande y no se empeñen en guiarla.
2010, 28 de Febrero
Planteas un tema sencillo y complicado a la vez. Está claro que el desarrollo intelectual y emocional de la persona hay que cuidarlo a lo largo de toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte y la comunicación, también la intergeneracional, juega un papel fundamental en ese desarrollo. Pero la realidad es que hay mucho por hacer en este tema, tanto en el plano personal, en el barrio, y, como tu apuntas, en el institucional. Por desgracia, creo que en este tema la política institucional es un reflejo de por donde va la sociedad, y eso me parece muy preocupante.
2010, 1 de Marzo
Buen tema para meditar. Normalmente convivimos siempre tres generaciones, desde el punto de vista que admitimos cada generación en unos 25/30 años, así los hijos/as, los padres/madres y los abuelos/as. Son los mayores, los que mas saben sin duda, por activa, por pasiva y por vivencias personales y muy pocos les consultan o piden consejo. No conozco ningún barrio donde exista un consejo de mayores, aunque sé que en Eibar existe la escuela de experiencia donde de forma voluntaria se están haciendo algunos encuentros con ese objetivo: contar la experiencia de cada cual para ayudar a resolver ciertos problemas. El exceso de información y su fácil obtención relegan a tener en cuenta los detalles de los que ya antes lo han vivido y como género humano necesitamos tropezar en la misma piedra (como metáfora) antes que confiar en el consejo de los mayores y esta es la base de la ruptura de la intergeneracionalidad.
Tampoco se eligen a los alcaldes/alcaldesas de mas edad, por citarlo como ejemplo.
Efectivamente algunas administraciones nos quieren teledirigir para evitar que descarriemos, por un lado para ayudarnos a no pensar (agradecimiento anticipado) y por otro para no criticarles, así matan dos pájaros de un tiro.
En cada asociación o grupo social, somos 4 y el del tambor, pero no por ello hemos de tirar la toalla. Atraigamos a unos y a otros. A los mas jóvenes y a los de mas edad. Lamentablemente no tengo la fórmula mágica …. pero el tiempo físico es el mejor aliado. ¿Quien no dispone de 2 horas a la semana para decicarlos al tema ? Buen tema para meditar.
2010, 1 de Marzo
Es una idea muy buena la de hacer grupos de opinión integrados por personas de diferentes edades, igual no se les ha ocurrido a las instituciones, de esa forma no repetiriamos las mismas torpezas cada vez que se cambia un equipo directivo, pero para ello tendrían que cambiar muchas cosas en esta sociedad que en este momento está muy dividida por edades, en los polideportivos, en los centros de jubilados, de jovenes, en actividades para niños…
Tener un comité de apoyo permanente en los ayuntamientos para consultar temas de la ciudad con personas de diferentes edades sería algo a estudiar, y si se llegará a otro tipo de instituciones mas sería algo muy importante.
Siempre hay personas que quieren aportar algo, solo se necesita el empuje y el apoyo de los que dirigen la sociedad. A ver si alguien más que nosotros nos escucha.
2010, 10 de Marzo
Creo que no hay que esperar a que las instituciones hagan algo por todo lo que planteas en este estupendo artículo, sino que hay que ocuparse de que lo que falta por hacer, lo que se está perdiendo o, mejor dicho aún, lo que estamos dejando de lado sea realidad. Ver a una generación de txikis junto a personas sabias, los mayores, es más que enriquecedor. Los txikis saben respetar, entienden este y muchos conceptos más, pero si no se trabajan, cuando son jóvenes es más difícil trabajar estos valores. No dejemos que esta transmisión muera, no dejemos escapar la mínima oportunidad que se nos presente para poder empezar. Gracias por estos artículos, estos pensamientos, este trabajo… ya que son la excusa perfecta para seguir trabajando con ánimo.